Una gran mayoría de los numerosos pescadores que llenaron los ríos se fueron de vacío

A medida que transcurren los días desde que se abrió la temporada de pesca el pasado cinco de abril los resultados, en vez de mejorar, empeoran si es que cabe dicho empeoramiento. Sin pecar de pesimistas puede afirmarse que una mayoría de pescadores no ha conseguido llevar a la cesta ni una sola trucha, y ello a pesar de que los ríos discurren bajos de caudal. Como muestra una anécdota: El agente forestal de la zona del Burbia en Villafranca del Bierzo pedía a un pescador que mostrase un par de truchas a un grupo de aficionados que no habían logrado una sola captura para ver «de que color eran». En el Órbigo, uno de los ríos que en teoría tiene mas truchas, un ribereño comentaba: «Algunos consiguen un par de truchas y ya parece que se ha pescado, cuando la mayoría ni las ha visto. Creo que en la jornada de apertura no se sacasen en el tramo de Veguellina una docena de truchas. Al parecer en Hospital se pescó un poco mejor». Pero sin duda el río que se lleva la palma en sentido negativo es el Esla. Ni siquiera en los cotos se está pescando. «Es una vergüenza que se sigan manteniendo cotos como Valdoré o las Salas- comenta un aficionado de Gradefes- cuando saben de sobra que no hay truchas. Siempre hay alguien que pica pues en su día fueron grandes acotados, pero es un auténtico engaño para el aficionado de fuera ya que los de León hace tiempo que no sacan estos tramos. La tablilla debería poner agotado de pesca en vez de acotado».

El Cea, un río recomendable

Las condiciones de las aguas no son buenas para pescar. Los escasos caudales para el mes de abril, el de las aguas mil, unido a lo frías que discurren, mantienen a las truchas empozadas y tan solo a cebo natural se consigue alguna picada. Quienes han conseguido pescar alguna «pintona» se han dado cuenta de que apenas ofrecen resistencia, lo que demuestra que las aguas contienen poco oxígeno disuelto a causa de su baja temperatura. Con las aguas a menos de diez grados la trucha come poco, pues tampoco digiere bien el alimento. Pero pese a todas estas dificultades no es normal que se esté pescando tan poco. Las eclosiones de insectos, cuando las hay, apenas duran unos minutos y resulta muy difícil ver cebarse en superficie alguna trucha.

El río Cea, en su curso bajo, está siendo la excepción. Es curioso que estos tramos, muy cangrejeros, que apenas tenían truchas ya que se secaban en verano, mantengan respetables poblaciones de «pintonas» desde que se efectúa el trasvase del Esla en Villamartín de D. Sancho. Durante la temporada de riego y debido al trasvase, se pesca mal pues el río baja muy alto, con las aguas muy frías, y apenas hay tiradas. Sin embargo tanto al principio de temporada, antes de que se trasvase, como al final, cuando ya ha terminado la temporada de riego, las truchas se mueven en los momentos de postura. Es cierto que resulta un río difícil, muy enmarañado, y que requiere habilidad en el lance, pero hará pocos cauces donde la trucha sea tan noble y tome tan bien la mosca artificial. Las eclosiones de abril suelen ser variadas, verdes olivas y tabaco, pero son espectaculares cuando cae el pardón y las «pintonas» se ponen a comer. Curiosamente no es un río muy frecuentado por los pescadores de León y sí por los pucelanos que acostumbran a pescar a cebo natural. En esta temporada y en las primeras jornadas, es de los pocos que dan alguna alegría al aficionado.

Al margen de los ríos regulados se está pescando «menos mal» en el Duerna y el Eria, aunque aquí es muy difícil que las truchas alcancen la medida reglamentaria. Entre los regulados tan solo el Tuerto mantiene un cierto nivel. Muy mal el Esla, totalmente masificado el Orbigo y bastante mal el Sil, apenas quedan opciones. Los embalses se mantienen casi al 80 % de su capacidad y tan solo Barrios de Luna está desembalsando algo mas de las aportaciones que recibe. En concreto y en la última semana, ha perdido 8 Hm3 debido a que ya se ha empezado a regar el trigo y la remolacha. En cuanto a los ríos no regulados discurren con un caudal normal, algo bajo para el mes de abril, pero con las aguas muy frías, ya que proceden del deshielo. En conclusión, semana de pasión para el pescador. Habrá que esperar a que cambie el tiempo, vaya desapareciendo la nieve y mejore la situación. No es ninguna novedad que en León se comienza a pescar bien a partir de mediados de mayo, cuando eclosiona el plecóptero.